Abuelas Leecuentos por el derecho a la lectura y el “bien vivir”

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En Las Varillas, un grupo de Abuelas Leecuentos recorre escuelas rurales y urbanas desde el año 2009. María Magdalena Paoletti (68), más conocida como Guitty, integra este grupo de mujeres lectoras y voluntarias que lleva más de una década de trabajo en la promoción de la lectura.

“Desde el inicio, si bien convocamos a hombres, nunca tuvimos abuelos en el grupo. Siempre fuimos mujeres, casi todas jubiladas. En estas comunidades chicas, las mujeres somos las que más vamos al frente”, dice.

Programa de Abuelas Cuentacuentos

El espacio se desprende del Programa de Abuelas Cuentacuentos que la Fundación Mempo Giardinelli nuclea a nivel nacional e internacional. En la provincia de Córdoba, Las Varillas es una de las siete localidades donde esta propuesta tiene lugar.

Allí son alrededor de 20 las mujeres que participan coordinadas por Susana Bonansea. El mapa provincial, según datos del programa, se completa con Hernando, Traslasierras, Córdoba Capital, Cerro de las Rosas, Río Cuarto y Río Tercero.

“A mediados de los ‘90, durante una visita a Alemania, Mempo Giardinelli tomó contacto de manera casual con personas de la llamada tercera edad que visitaban hospitales para leer cuentos y poemas a enfermos terminales, aliviándoles así el dolor de cerrar sus vidas”, puede leerse en el sitio web.

Abuelas Leecuentos Las Varillas

La historia sigue: “Del impacto producido al ver aquella noble manera de ayudar a bien morir, nació la idea de que la lectura de cuentos debía ayudar, también, a bien vivir”.

En 2001 “el programa se inició oficialmente” en Resistencia, Chaco, con “la idea de reproducir ese momento de belleza e intimidad que se da naturalmente entre los abuelos y los nietos al leer juntos”.

Por qué “Leecuentos”

Las Abuelas Leecuentos de Las Varillas son, en su mayoría, abuelas de “carne y hueso”, comenta Guitty. Ella tiene tres nietos pero dice: “En las escuelas, tengo cientos y cientos que me quieren y los quiero como si fueran propios”.

El grupo también fue parte del Programa de Abuelas y Abuelos Leecuentos del Plan Nacional de Lectura (PNL), adoptando el “Leecuentos” por sobre “Cuentacuentos” en su nombre.

Guitty explica el por qué: “Diferenciamos Abuelas Leecuentos de Cuentacuentos porque los Leecuentos nos tenemos que ocupar de leer textualmente cada cuento de los autores elegidos… promover la lectura. En cambio, los cuentacuentos son narradores orales que se pueden independizar del objeto libro”.

Guitty: Una historia con la lectura

En la vereda de su casa, sobre un cajón de manzanas vacío, de niña Guitty tendía un pequeño mantel (a veces, papel crepé). Acomodaba algunos de sus libros junto a un florero con pimpollos del jardín de su “nona” y llenaba dos jarras con limonada o jugo de naranjas de su patio. 

“Para tentar a mis vecinitos, poco amigos de los libros, también los seducía con galletitas y budincitos caseros, más algún flan de huevos recién horneado por mi abuela”, cuenta. Y agrega: “Desde ese momento, no paré”.

Guitty se reconoce como promotora de lectura desde hace más de 60 años, “una apasionante y placentera actividad” que empezó así: en una casa donde “la biblioteca no era una estantería, sino una habitación muy amplia, repleta de libros del piso al techo y de pared a pared”.

Guitty en la Escuela Dalmacio Vélez Sársfield

Sus intereses se vieron influenciados por “una familia de grandes lectores”, dice. Sobre todo, por una abuela descendiente de piamonteses que la inició en la “gastronomía, la botánica, el latín, la literatura y la ópera”.

“Más allá de esa influencia -recuerda- yo era muy observadora y conocedora del mundo de mi barrio. Fui tomando conciencia de que muchos chicos no tenían la misma realidad que yo. Por eso, con el permiso de mis padres, decidí abrir las puertas de mi casa para leerles los libros que yo leía”.

Modelo Lectora

“Trato de privilegiar la inserción de textos altamente divertidos”, cuenta. Así, si en las aulas le piden algo del género de terror, Guitty dice que ahora elige textos de “terror con humor”, como los del autor mendocino Fabián Sevilla.

A fines de 2024, fue distinguida por sus 20 años (primero como Modelo Lectora y luego como Abuela Leecuentos) de promoción de la lectura en la Escuela Dalmacio Vélez Sársfield de Las Varillas. ¿Los chicos y las chicas quieren leer? “Sí, absolutamente”, responde Guitty.

“Nuestro trabajo es tan necesario como apasionante para acercar lúdicamente a las infancias a la literatura… Yo realizo otras actividades para poder sobrevivir, apasionantes también, pero no tanto como esto de promover la lectura y difundir el valor del libro. Para mí es el eje de mi vida… La lectura es mi vida”, dice.

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