Barbi Recanati: “En tiempos difíciles es importante tener a gente cerca que siente lo mismo que vos”

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“Enojensé -eso pide Barbi Recanati desde el escenario del Costa Rock villamariense-, enojensé  y no compren cosas raras en Twitter”. La cantante, compositora y guitarrista nacida en Buenos Aires hace una pausa entre canción y canción para expresarse sobre el Caso $Libra.

Es, quizás, lo que más quería hacer esta noche además de tocar su música: hablar de política. “Ya sé que estamos en Córdoba…”, dice. Y en el público algunos gritan alentándola a seguir: “¡Dale, Barbi, decilo!”. Otros levantan los dos dedos en V: “¡Dale, compañera!”.

“No les pido que se hagan peronistas -sigue- sólo vengo a decirles que estamos mal y vamos a estar peor, pero bueno, ya va a venir otro gobierno que nos va a salvar”. Y empieza a sonar la batería de Nada nadie, un adelanto de su nuevo material que en el coro dice:

No creo que alcance el tiempo / Para hacer todo mejor / No creo que los malos pierdan hoy / No creo que venza el amor / No es tan fácil, no es tan fácil / Me dijo mi mamá y lloré / No creo que los astros sean el motivo de mi depresión.

Un casino, una placita y dos bares

Villa María Educativa conversa con Recanati minutos antes del concierto. La charla se da entre los camarines del Anfiteatro donde la artista llega acompañada por su banda y su hijo de ocho años “Pepe”.

“Vine un montón de veces a Villa María, pero en otra época de mi vida. Tocaba mucho en Mundo, me acuerdo”, señala. Y dice que “es muy loco conocer el país a través de la música” porque volvés “dos, tres, siete veces” a un mismo lugar y ves cómo ese lugar y su gente crecen.

“De Villa María me había quedado con el casino, una placita, dos bares… Hoy veníamos en la trafic y decíamos, qué lindo que es, mirá qué lindas casas, toda una parte de Villa María que yo sentí que nunca había visto”, dice.

Música fuera de la capital

Como parte de su activismo feminista y LGBTIQ+, Recanati es directora artística del sello GOZA Records. Trabaja junto a Futurock desde el 2018 por “la equidad en la música”, promoviendo que artistas emergentes, mujeres y disidencias puedan grabar y distribuir sus discos.

“Hay bandas que me encantan y todas son de distintas provincias -comenta-. En el caso de Goza, trabajamos, por ejemplo, con las Tranki Punki, de Córdoba; con las Basofias que son de Río Cuarto, con Las Ex, que son de Mendoza…”.

Barbi en el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales, No Binaries

Para Recanati la música hoy “se está federalizando bastante más” y como artista “ya no tenés que salir tanto de gira” para conocer a otras bandas. ¿Cuál es su consejo, entonces, para las juventudes, mujeres y disidencias que buscan hacerse un lugar en la música?: armar grupos con pares.

“Hoy más que nunca, armen grupos con pares, busquen pares, traten de tener siempre -en sus grupos de música y de activismo y en sus grupos sociales- pares, porque, sobre todo, en estos tiempos difíciles es importante tener a gente cerca que siente y sufre lo mismo que vos, gente a la que no tenés que demostrarle nada extra para hacer valer las cosas que tenés”, dice.

Las canciones no mueren

Lo que puede leerse sobre los inicios de Recanati es lo siguiente: que a los nueve supo que quería tener una banda de rock y que ese deseo apareció como un rayo, de imprevisto, sin calcular; que en su familia nadie tocaba música pero uno de sus hermanos pasó por una breve etapa punk adolescente y eso le cambió la vida; que a los 13 empezó a hacer música y cinco años después formó Utopians.

“Me llevó un montón de años aprender a escribir mis canciones de verdad. En mi primer disco yo cantaba en inglés -tenía 18 años- porque en realidad cuando empecé a escribir, empecé imitando las canciones que me gustaban”, cuenta a Villa María Educativa.

Y sigue: “Ya en el segundo disco empecé a cantar en español. Me acuerdo que para mí fue una obligación hacerlo. Al tiempo me di cuenta de que lo que yo decía, todo el mundo lo entendía perfecto y que era muy importante que lo que dijera fuese genuino, aunque fuese temporal, porque yo me iba a morir, pero la canción no”.

Música y política

En el escenario Recanati es eléctrica. Se mueve con pasos cortos y ligeros, pega saltos, lleva y trae el cable del micrófono sobre su cuello, sobre sus brazos. Una suerte de exorcismo sucede. Algo de ella está más vivo que nunca y reclama por salir.

“Yo ahora estoy más en mis 40 y lo único que me importa es lo que pasa en el mundo. La política en general para mí es importante y me pasa que me interesa, me afecta, me interpela. El feminismo también es súper político y para mí es como mi identidad, entonces me cuesta un montón escribir sin pasar por todo eso”, comenta.

“Pero me acuerdo que hubo una época de mi vida donde escribía canciones y no es que yo no hablaba de política, simplemente mi cabeza estaba en otro lugar -comenta-. No me importaba hasta que un día se transformó en una parte muy crucial de mi vida”.

Recanati dice que “es difícil jugar la posición de los artistas” a quienes se critica por “hablar o no hablar” sin pensar en sus edades: “Creo que los artistas menores de 25 ahora tienen un foco de atención muy grande. Yo tuve la suerte de ser una artista chica a la que nadie le daba bola, entonces no hay tanto archivo, pero pienso en artistas de 20 o 22 años, a los que se les exige cosas y un poco sólo hay que darles tiempo”.

Todo sigue igual de bien

“Cuando crecés te transformás en alguien que mira el noticiero todo el día y te re importa lo que pasa”, sostiene. Por eso dice que su “vara” no es la misma para “músicos más grandes”.

“Ahí sí me afecta un poco que no se posicionen -comenta- porque digo, pucha, si ya tuviste tus años, si sos una persona relativamente madura, si no te importa esto, ¿qué te importa?, ¿con qué sensibilidad hacés arte?”.

A su vez, el pronunciamiento de artistas en el escenario de Cosquín Rock para Recanati significó algo. “Me da hasta un poco de gracia, porque siento que este gobierno tenía la idea de atemorizar y bardear a los artistas que se pronunciaban para generar miedo, y generaron todo lo contrario, generaron ganas de salir a bardearlos más. Yo, la verdad, nunca vi algo así”.

“Me encantaría que todo lo que está pasando sirva como un precedente para tomarnos más en serio las elecciones y la política en otras instancias, porque yo creo que podríamos tener otro presidente en este momento», dice.

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