“El desafío es entender que la educación física es una sola, lo que lo hace particular son las personas que participan de nuestras propuestas, el contexto es el que termina de definir a la educación física”.
Esto dice Marina Agüero, docente villamariense del Profesorado de Educación Física del Instituto La Santísima Trinidad. Dicta la materia “Educación Física en la Educación Especial” y además trabaja en un Centro de Día que depende la Cooperativa El Anden.
Poner en primer lugar a la persona
Marina dice que estamos en una etapa de transición entre el modelo social y el modelo médico. “Hay docentes que nos hemos formado en otro paradigma. Otros están muy anclados en que para trabajar con discapacidad hay que tener muchos conocimientos médicos y especializaciones. Hay que tener paciencia para los cambios”. Si bien hay algunos cambios, por ejemplo, en políticas públicas, el modelo médico sigue siendo fuerte.
Por otro lado, el modelo social invita a correr la discapacidad y poner en primer lugar a la persona. Aunque esto no implica desconocerla: “El mayor desafío es poner el foco en la persona y no tanto en la deficiencia, esto no quiere decir negarla, si no hubiese una deficiencia no estaríamos hablando de discapacidad”.
Lo que hace a la educación física es el contexto. Al respecto, dice Marina: “El desafío es entender que la educación física es una sola, lo que lo hace particular son las personas que participan de nuestras propuestas, el contexto es el que termina de definir a la educación física, es ver las personas, sus posibilidades y laburar con eso”.
El rol del docente es central
“En las escuelas encontramos muchas situaciones: personas en situación de marginación en las clases de educación física y encontras personas totalmente incluidas y en esos dos polos una importante diversidad. Nuestros alumnos están a la merced o suerte de quien le tocó al frente”, dice.
El desafío es leer el contexto: condiciones de posibilidad, potencialidades y objetivos, son las claves para el docente. “Creo que tenemos muchos puntos a favor para el trabajo de la persona en su integralidad, tenemos una disciplina donde podemos trabajar múltiples dimensiones, no solo la intelectual, o lo emocional, si no la construcción subjetiva y lo motriz”.
Recomendaciones
La docente hace tres propuestas para empezar a pensar la educación física en personas con discapacidad:
Ser reflexivos y críticos de las realidades. “Necesitamos un compromiso mayor, debemos ser menos automáticos y más críticos con las realidades para poder proponer objetivos que tengan que ver con la realidad de nuestros alumnos, nosotros tenemos la obligación de analizar esto y poder potenciarlos”.
Planificar sin suponer. “A principio de año hay que intentar tener esta actitud de sorpresa, con que me voy a encontrar con estos alumnos, que tomemos un rato para reconocernos. Para entender dónde estamos parados, a donde queremos llegar. Cada año tengo que enfrentarme a mi grupo con la suficiente capacidad para sorprenderme con mis a alumnos, descubrir quienes son y cuáles son los puntos de cada uno. Esto me va a permitir arraigar la planificación a la realidad que me toca”.
Establecer criterios comunes. Revisar en ese grupo cuáles son los criterios comunes y diferentes, “esto nos ayuda a programar criterios principales y secundarios y tener la capacidad de reconocer a José, Juan o Pedro”.
Tener un registro ayuda a repensar. Y no hablamos de dos horas de reflexión sino de cinco minutos, preguntarnos ¿Qué paso en esta clase? “Creo que es importante volver al ejercicio de escribir, de tener nuestros apuntes, por más que seamos el de educación física, no solo tenemos pelotas en la mochila. Tener ese tipo de registros es hacer más presente y activo a los alumnos en las planificaciones”.

