El uso del celular en el aula en Córdoba forma parte de los acuerdos de convivencia que bajan desde el Ministerio de Educación. La utilización por parte de los y las estudiantes de Villa María, en línea con la política educativa, forman parte de estos acuerdos, aunque cada escuela le otorga su impronta y política de uso.
La prohibición, en distintas partes del mundo, prácticamente se está extinguiendo, aunque la Ciudad de Buenos Aires (CABA) acaba de adoptarle como nave insignia para “proteger el clima escolar debido a la irrupción” que el celular despierta en el alumnado. La prohibición en esa ciudad incluye Inicial y Primario y regulada en la Secundaria.
Celulares en el aula: ¿Cómo lo utilizan estudiantes de Villa María?
La utilización del aparato celular en niños y niñas en la escuela primaria de Villa María viene siendo regulado desde la cartera educativa provincial, lo que se podría enmarcar dentro de “un uso responsable” desde que una resolución lo prohibió en 2005 y luego, después de su retorno, comenzó a formar parte de los acuerdos de convivencia y debe estar incluido como recurso en la planificación docente. “Han ganado un espacio importante a nivel social, y obviamente, tratamos de atender a ese contexto. La escuela forma parte y acompaña estos procesos de aprendizajes”, reflexiona Andrea Trigo, directora de la Escuela José Mármol.
“Su uso está instalado, y no podemos desconocerlo. Lo que sí, para su ingreso en la escuela, se los deja en el ingreso, no lo portan hasta las aulas, y cuando es necesario su utilización con fines pedagógicos, hay una planificación que describe los propósitos y los fines y hasta una logística para llevar a la escuela ese celular”, describe Trigo a Villa María Educativa.
Familias y estudiantes “firmaron acuerdos de uso” del celular
Por su parte la directora del IPETyM 99 Rosario Vera Peñaloza elaboró el año pasado una carta institucional donde describía una serie de pautas para que la comunidad educativa (principalmente estudiantes y sus familias) conocieran cuáles iban a ser los mecanismos del uso escolar de los celulares y que, a la postre, fueron rubricados por cada estudiante a los efectos de su cumplimiento. “Establecimos si el profesor no hace referencia a su uso de manera pedagógica (búsqueda en Google, resuelven algún formulario o juego pedagógico mediante alguna plataforma) no lo pueden utilizar durante la clase”, explica Fernanda Monjes.
Está más que claro que las escuelas no se hacen responsables de este objeto personal ya que actualmente la gran mayoría no lo solicita como elemento para clases. “Al no estar pautado su uso, y un estudiante lo saca en clase, el docente a cargo le hace una observación, y le pide que lo guarde. Si la situación se repite, a la tercera llamada de atención, el docente pone en conocimiento del preceptor y este lo coloca en una caja, y lo devuelve al final del día. Si este tipo de situaciones son repetitivas en un estudiante, lo retiene la dirección, y debe ser un familiar quien debe llegarse a retirarlo”, señala la directora Monjes, haciendo hincapié de que las familias prestan conformidad con este proceder hasta llegado el punto que muchos padres y madres solicitaron que por varios días el aparato quede bajo llave en el colegio.
Foto ilustrativa (nimito/Shutterstock)