La especialista en ciberbullying Fernanda Spinuzza visitó Villa Nueva para encabezar distintas charlas sobre estas y otras problemáticas del mundo digital. “Las adolescencias que hoy están ingresando al terreno de ludopatías, son infancias que crecieron en plataformas de juego”, subrayó en un reportaje concedido a Villa María Educativa.
Spinuzza fue declarada “Visitante destacada” de Villa Nueva, a instancias del Rotary Club de esa ciudad, organizador de la instancia de capacitación comunitaria, que incluyó una charla en el zoom del Parque Yrigoyen y un taller en la Escuela Proa.
Ciberbullying
Spinuzza es Licenciada en Relaciones Internacionales, especializada en cibercrimen, protección de datos personales, gobernanza de datos y ciudadanía digital. Actualmente, se desempeña como Diputada Provincial (PJ) en San Luis y es presidenta de la Fundación Ambiance 2050.
Sus respuestas, reflexiones, puntos de vistas, y críticas, se enmarcan en un minucioso trabajo de estudio y puesta en práctica de los saberes que viene abrazando.

Algunas frases: “En ciberbullying, Argentina es el segundo país en América Latina en casos de ciberacosos y ciberbullying y el tercero a nivel mundial. Las familias no están preparadas para enfrentarlo”; “Deberíamos ir hacia minimizar la cantidad de información posible en Internet”; “Uso o no del celular en la escuela: nadie puede dar certeza qué es lo adecuado”; “Se están viendo impactos a nivel neurológico, cognitivo del uso excesivo de pantalla” y que “naturalizamos las micro transacciones (cuando) al inyectar las plataformas de juego”.
¿En qué estado de avance se encuentran estos flagelos en la Argentina?
“El contexto cada vez se vuelve más agresivo. A mi juicio, también, se debe a la falta de interés por instalar el tema en las agendas públicas. S bien Internet venía de la mano con su crecimiento, su uso, accesibilidad, venía más o menos a la par de los avances normativos y formativos en la materia, vino la pandemia y masivamente nos volcamos al plano digital. Teníamos que seguir trabajando, estudiando, hacíamos compras y era el único vínculo con los seres queridos, al no poder vernos. Empezamos a interactuar en lo digital, sin conocer las medidas de seguridad para navegar, sin tener leyes adecuadas en materia de protección de datos personales.
La Argentina tiene la Ley de Protección de Datos Personales del año 2000, fue una gran ley en aquel momento…, pero si hacemos memoria nos llega Facebook entre 2006 y 2009, por ende, esta ley, aunque con parches y resoluciones para adecuarlas a los tiempos que corren, no fue pensada en la dinámica de los tiempos que corren. Esa es la ley que regula los datos personales en Argentina.
Venimos muy retrasados, no lo decimos nosotros, de hecho, la Unión Europea, que sí tiene ley desde 2018 y rige desde 2021, plantean que la legislación post pandemia nos dejó 10 años retrasados en el conocimiento y en la normativa necesarias para acompañar, sin que estas sean inofensivas. Las dinámicas que hoy tenemos, tanto adultos como niños, es sin el conocimiento necesario para afrontarlas y, al mismo tiempo, sin resguardos normativos, en hacia dónde va nuestra información privada.
Hay como dos grandes grupos: por un lado, todo el esfuerzo que deberían hacer las instituciones público-privadas (gobiernos, universidades, escuelas, municipios) y, por otro, lo que podemos hacer los individuos, en minimizar la cantidad de información que tenemos en Internet. En esa minimización, es urgente. Justamente, al no tener la contrapartida del resguardo de la información, deberíamos ir hacia minimizar la cantidad de información posible en Internet, sobre todo en aquellos temas sensibles, mientras tanto pedirle a toda la comunidad que sea un tema que se discuta…
…por ejemplo, el uso o no del celular en la escuela…
… uno ve países en la Unión Europea que lo restringen o los prohíben; otros que prohíben el uso de redes sociales en menores de 16 años, principalmente en temas sensibles o para que no puedan acceder a plataformas de juegos en redes, pero nadie puede dar certeza qué es lo adecuado.
Obvio que se están viendo impactos a nivel neurológico, cognitivo del uso excesivo de pantalla, y se empiezan a tomar medidas tratando de alivianar toda esa carga. Dicho esto: el ciberbullying como problemática, la sexualización de los comportamientos en línea de las infancias, la ludopatía digital…, todo lo que te acabo de decir hace un terreno más que fértil para todas estas problemáticas crezcan.
Las adolescencias que hoy están ingresando al terreno de ludopatías, son infancias que crecieron en plataformas de juego como FIFA, Fornite, Free Fire, Roblox…, y todas están creadas por la misma lógica: la recompensa intermitente. Entonces, cómo vamos a combatir una infancia que durante ocho años solamente respondieron al entretenimiento mediante la lógica de que tienen un casino que entrega una recompensa intermitente; en el medio, padres (y madres) que naturalizamos las micro transacciones, inyectar las plataformas de juego, plata…, para que tengan ventaja. A esto le sumamos publicidad engañosa, mediante influencers, youtubers, o a través del fútbol, que te hacen creer que de la noche a la mañana los chicos pueden entrar y hacerse millonarios… y, de paso, les resuelves el problema de que la familia no le puede cambiar el celular, mientras tanto me entretengo…, total no pasa nada. Si pasa, genera varias problemáticas.
A la escuela siempre le llegan primeros los problemas que las soluciones. ¿Cuáles el rol de ellas en el medio de esta situación? ¿Urgen acciones rápidas al igual que se lo hace con otras problemáticas?
Sí, urgen. Urgen leyes, primero que tipifiquen conductas. Hoy por hoy, salvo el grooming, ninguna de las otras problemáticas que te acabo de mencionar está correctamente tipificada en nuestro Código Penal. La ludopatía no está tipificada, la regulación del juego on line es facultad elevada a las provincias: ¿qué hace ellas? Algunas las regulan y otros trasladan el plano físico a lo digital. La realidad es que cada una debe regular el juego on line y hoy está en el Senado la ley que busca regular la publicidad engañosa, que (Javier) Milei ya dijo que la va a vetar.


El tema es cómo la vamos a enfrentar sin que nos dañe tanto: en el medio, ni más ni menos, es la salud mental de los chicos entregándosela a las empresas de entretenimiento, mientras tanto todos somos cómplices.
En ciberbullying, Argentina es el segundo país en América Latina en casos de ciberacosos y ciberbullying y el tercero a nivel mundial, según lo dice Ciberbullyng Sin Frontera; por ende, nos tenemos que alertar sobre la naturalidad que las infancias viven el escrache, el odio, el hacer daño por plataforma, como si doliera menos.
En muchos casos, las familias o tutores no están preparadas para afrontarlo. Las y los docentes enfrentan la multitarea dentro de la escuela. ¿Cómo ordenar a las comunidades educativas para que cada uno ocupe su rol?
¿Necesitamos las leyes punitivistas? Sí, pero también necesitamos las educativas, de prevención y concientización, y no sólo para los (y las) docentes. Bien lo decís: los docentes están cumpliendo el multirol todos los días y, la realidad, es que esto es parte de quienes maternos y paternamos infancias, y tuvimos la decisión de darle un celular o de darle el permiso a que ingresen a Internet. No fue el docente quien le permitió. En Argentina, a los 9 años tiene un niño ya su celular, el propio, no el chupete digital y eso es un mundo. A esa edad, cuando aún no están maduros cognitivamente y aún tienen una infancia inocente, como vamos a pretender que desconfíen de todo lo que pasa en Internet.
Este tema ya debería estar en la currícula. Una ley que obligue a la alfabetización digital y adecuarse a los nuevos tiempos, pero las campañas más fuertes de concientización tienen que estar en la calle, para quienes son tomadores de decisiones y para quienes intervienen en gabinetes psicopedagógicos.

