De sueños y legados: “Una casita para el Pince”

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Cada cual tiene su historia, y “el Pince” en el barrio San Nicolás de Villa María, continúa escribiendo la suya, con nuevos inicios, pero el mismo corazón. En este Centro de Promoción Comunitaria -ahora también Fundación-, citan a Freire y dicen “nadie se salva solo”, y lo sostienen, desde hace 11 años.

Talleres, actividades educativas y artísticas para niños y niñas, entrega de viandas, biblioteca. Un día Pinceladas sentó sus bases en la esquina de la Buenos Aires y Mafalda Gilli y construyó ahí su trinchera.

En octubre de este año, sus integrantes lanzaron la campaña Una casita para el Pince. Sueñan con la casa propia y en “la era Milei” este acto se parece mucho a la subversión. Soñar con otros quizá sea algo así como el salto de fe y rebeldía más hondo.

Pinceladas en el San Nicolás

Aunque Pinceladas tiene sede en una esquina del San Nicolás desde el 2013, sus inicios se remontan a mucho antes. “¿Quiénes éramos? -dice Magalí Castro, una de las coordinadoras- éramos un grupo de amigos que nos conocimos en una iglesia evangélica y en ese marco dimos los primeros pasos en el trabajo con niños y niñas”.

“Fuimos creciendo, eligiendo nuestras carreras y entonces empezamos a pensar y armar juntos este proyecto comunitario sobre la base de la educación popular”, cuenta. Una propuesta que llevaron al barrio, migrando de un “saloncito” a otro, hasta alquilar la casa donde funciona “el Pince” hasta hoy.

Magalí menciona que llegaron al San Nicolás por Luis Pedernera, “un querido amigo” que vivía en el barrio y que conocieron en la iglesia. “Él nos enseñó mucho sobre el trabajo con niños y niñas, tenía una dedicación muy especial con ellos”, dice.

Un hombre común

Luis era bicicletero, “una persona común y corriente -dice Magalí- que hacía un trabajo impresionante de acompañamiento, de contención… todo esto y más, quizás sin darse cuenta”.

“Él siempre nos contaba que sus maestros de la iglesia le salvaron la vida y por eso también quería de alguna manera impactar positivamente en las vidas de los chicos y las chicas del barrio”, dice.

En el San Nicolás, todos conocían la casa de Luis. Vivía con su familia y en la parte delantera tenía una hamaca hecha con una rueda. “Los chicos estaban ahí todo el tiempo… El fallecimiento de Luis tuvo un impacto muy fuerte en todos nosotros y en los chicos que lo querían muchísimo”, comenta Magalí.

Y continúa: “Cuando eso pasó, el Fausto Vercellino (uno de los integrantes iniciales) me dijo que una de las niñas le preguntó ¿quién va a ser el próximo Luis? Nosotros, después, de alguna manera legamos ese trabajo”.  

Para intercambiar miradas

Magalí dice: “Con el tiempo, nos despegamos de la educación cristiana, sin dejar de ser cristianos, pero sí empezamos a sumar al equipo gente distinta, de otras religiones o sin religión. Gente con otra perspectiva para intercambiar miradas y construir un proyecto social comunitario, anclado en la educación popular”.

La articulación con otras instituciones y el trabajo diario, hicieron posible que el proyecto creciera. Hoy, en el Pinceladas tienen sede y confluyen las agrupaciones La Poderosa (Cooperativa Mermeladas Poderosas); El Fogón; el Comedor Puerto de Vida y el Frente Patria Grande.

Las tres primeras surgieron en el marco de experiencias de estudiantes que ya sea por sus prácticas o proyectos de extensión se acercaron al Pinceladas y dejaron “su estela”. En la actualidad, están conformadas casi en su totalidad por mujeres del barrio.

En esta esquina pasan cosas

“Este año, empezamos cocinando cuatro veces por semana para 180 personas todos los días. La cooperativa, produce las mermeladas una vez por semana. También somos parte de la campaña de Villa María Sin Hambre -menciona Magalí- a través de Patria Grande. Entonces, cada 15 días se cocina y se hace una olla popular en el Pince”.

“El Pince” abre sus puertas todos los días. Y lo que Magalí alcanza a narrar en esta ocasión, “es un mínimo de todo lo que se hace”. Apoyo escolar, talleres artísticos y de ciclomecánica para chicos, pero también talleres de electricidad, bordado y pintura sobre tela para adultos, colectas, festejos. Todo cabe en el Pince y en el Pince caben todos.

¡Una casita para el Pince!

A raíz del aumento “descabellado” del alquiler, la campaña Una casita para el Pince arrancó en octubre con un sueño claro: el de la casa propia. “Nos golpeó la era Milei y el alquiler que veníamos pagando subió 10 veces”, cuenta Magalí.

“Todo el laburo del Pince se sostiene con trabajo voluntario y con donaciones de particulares, un puñado de padrinos y madrinas de nuestro espacio”, agrega. Por lo tanto, fue necesario imaginar estrategias nuevas. “La Muni no nos abrió la puerta, estábamos esperando una audiencia y viendo si podíamos gestionar algún terreno, pero eso no llegó», comenta.

Fue un tiempo angustiante hasta que apareció una casa en venta dentro del barrio y con ella, una idea que Magalí explica así: “Una gran colecta que alcance a 4.000 personas que aporten por única vez un bono de 10.000 pesos”.

“Empezamos a mover y apelar a la red que hemos armado durante estos años, a intentar extenderla un poco más para comprar la casa de todas y todos los que transitamos por el Pince, que somos un montón”, dice.

Soñar es un acto de rebeldía

Con este plan en marcha, se renovó la esperanza entre quienes habitan este espacio cada día. “Se encendió una chispita, nos volvimos a ilusionar”, dice Magalí.

“El contexto nos sigue golpeando brutalmente a todos, pero nosotros nos miramos, nos encontramos y estamos todo el tiempo pensando ideas”, cuenta. Esta actitud, explica, está lejos de ser “naif”. Es una forma de dar cuenta de que “es posible colectivamente alcanzar algo, es una postura profundamente política”.

“Esta campaña nos está sirviendo hasta para darle batalla a la crueldad que vivimos todos los días. ¡Imaginen cuando abramos las puertas de la casa!”, dice.

Sumá tu ladrillo a la casa del Pince:

Cuenta de Fundación Centro De Promoción Comunitaria PINCELADAS
CUIT 33718670239
Alias Banco Córdoba: unacasitaparaelpince
Alias Mercado Pago: pinceladas24.mp

2 COMENTARIOS

  1. Me emociona leerte Noelia .Tus temas son de gran sensibilidad. Y hoy lo vemos a diario .Don Luis está en cada uno de los que ayudamos al otro .Saludos !!!

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