En el marco de la agenda provincial por la Noche de las Lecturas, tuvo lugar la propuesta Dedos que cuentan. Se dirigió a niños y niñas con hipoacusia del Instituto de Discapacitados Auditivos (IDA) Anexo Pablo VI de Villa María.
La Biblioteca Mariano Moreno impulsó la actividad que se realizó en su Sala Infantil. Tania Ferrato, Valeria Sosa y María Argüello fueron las encargadas de narrar un repertorio de cuentos clásicos en lengua de señas.
“¿Vos también sos sorda?”: una experiencia compartida entre pares
“En la ciudad, no son muchas las propuestas para personas sordas, entonces esta instancia alrededor de las lecturas nos pareció fabulosa. Los chicos la disfrutaron muchísimo”, comentó la docente Agostina Bosio.
A su vez, agregó que la escuela dispone de una “biblioteca digital” con videocuentos accesibles narrados en lengua de señas y subtitulados, siendo esta la primera vez que “los niños pudieron ver y observar a personas sordas narrando en vivo”. Una experiencia compartida entre pares “muy significativa”.
“Ellos se sorprendieron cuando llegamos a la Medioteca y nos encontramos con que las chicas que narraban son sordas, por eso les preguntaban todo el tiempo ¿sos sorda?, ¿vos también sos sorda?… no es menor para ellos, en la escuela las personas que trabajamos somos todas oyentes”, explicó.
Un encuentro entre estudiantes de ayer y hoy
También fue la primera vez para Tania, Valeria y María asumiendo el rol de contar historias. Las tres, asimismo, alguna vez fueron estudiantes del IDA. “Se dio un cruce valioso entre los estudiantes de ahora y ex estudiantes alrededor de los cuentos y la importancia de la lengua de señas para las personas sordas”, señaló Agostina.
Actualmente, Tania dicta talleres de LSA (Lengua de Señas Argentina) y trabaja en la Tecnoteca, al igual que Valeria, mientras que María trabaja en el Centro Comunitario de Inclusión Integral, una extensión de la Biblioteca Mariano Moreno.
Tania, que aprendió a comunicarse de manera oral desde su infancia, comentó: “Fue una experiencia muy linda. Es importante para los niños sordos acceder a estos espacios de imaginación y expresión”.
La despedida de “la profe Lili”
Una de las personas presentes en “la salita” de la biblioteca, fue la docente del IDA, Liliana Pagola. Coincidió la actividad con su última jornada laboral antes de jubilarse. “Empecé a trabajar en la escuela -que en ese momento era municipal- en el año 1987 y lo hice de manera ininterrumpida hasta hoy”, comentó.
Y agregó: “Fueron muchos años transcurridos, siempre acompañando a la comunidad sorda en la defensa y la garantía de sus derechos por la comunicación, por el respeto de su lengua que es la lengua de señas… Hoy es un día de muchas emociones y de pronto que el cierre sea este, con estudiantes actuales de la escuela viendo cuentos narrados por tres ex alumnas, la verdad, es muy hermoso”.
La escuela como espacio vital para la experiencia
Patricia es mamá de Zoe, de siete años. Durante lo que duró el encuentro estuvo parada, sonriente, en la puerta de la Sala Infantil con una mochila rosa entre las manos. Antes no conocía la Medioteca. “Es muy lindo el espacio. Y con esto de los cuentos, aprende ella, aprendemos nosotros”, expresó.
Todos los días viajan a Villa María desde Ticino. Se levantan a las seis de la mañana, llegan a las ocho y a veces regresan a su casa pasadas las dos de la tarde. Para familias de otras localidades, el IDA es la escuela más cercana que tienen.

Sobre esto, Agostina comentó: “El 80 % de los estudiantes provienen de otras localidades. La escuela es un espacio que las familias reconocen muchísimo. Los chicos, además de aprender el contenido pedagógico, participan en muchas actividades porque nos parece fantástico que puedan, a partir de la lengua de señas, vivir diferentes experiencias”.
El trabajo en accesibilidad de la “Medioteca”
“Como biblioteca pública, nuestra biblioteca debe atender a toda la población de la ciudad, sobre todo a aquellas personas que tienen dificultad para acceder a los textos impresos. Ese es realmente un tema de preocupación para nosotros y de ocupación, por eso la biblio tiene desde el año 94 el servicio para ciegos”, destacó Anabella Gill, directora de la Biblioteca Mariano Moreno.
Al mismo tiempo, dijo: “A raíz de que fuimos una de las instituciones que relevó a las personas con discapacidad por el tema de las vacunas, en la pandemia descubrimos la cantidad de población sorda que existe… es más, recién nos decían las profes que estamos rondando los 80 habitantes sordos. Esto sumado a que no todas las personas sordas son bilingües, no todas leen el español”.
“Cuando accedo a esa información recién ahí tomo conciencia de que la biblioteca nunca se había ocupado en atender a esta población y me pareció oportuno, para esta fecha, empezar a hacerlo. Realmente estamos muy felices con estas jornadas de lecturas. Hubo mucha gente trabajando en el resto de la ciudad, en bares, en otros espacios, y nosotros apostamos por esta propuesta”, comentó.