La inteligencia artificial generativa (GenAI) se instaló en las aulas universitarias y transforma la manera en que se aprende. Herramientas como chatbots, asistentes de escritura y generadores de contenido digital llegaron a formar parte del día a día de estudiantes y docentes.
Un estudio internacional demuestra que la integración de herramientas generativas en la educación superior depende de factores personales como la autoeficacia, el apoyo social y la motivación interna de los estudiantes.
Inteligencia artificial generativa y universidades
Ante esta transformación, diversos factores personales y académicos influyen en la manera en que la GenAI es aceptada e integrada en la educación.
Un estudio internacional publicado por el Australasian Journal of Educational Technology invita a mirar hacia adentro: las capacidades de autorregulación, la confianza en lo que podemos lograr, la motivación genuina y el apoyo de quienes nos rodean resultaron decisivos para aceptar y sacar provecho de la inteligencia artificial en la educación superior.
¿Por qué algunos estudiantes se llevan mejor con la IA que otros?
Tras encuestar a 435 estudiantes en Australia y Canadá durante 2023, detectaron patrones claros: quienes confiaron en sí mismos y contaron con una red de apoyo (familia, amigos, docentes) percibieron que usar GenAI era más sencillo.
Además, los estudiantes curiosos y persistentes no solo se animaron a probar estas herramientas, sino que las vieron como aliadas para mejorar su rendimiento académico. En otras palabras, la autoeficacia y el apoyo social facilitaron que la inteligencia artificial se percibiera como algo accesible, mientras que la motivación propia y la constancia reforzaron la idea de que realmente aporta valor al aprendizaje.
¿IA solo para estudiar? Diferencias según el uso
Este estudio también diferenciaba entre quienes utilizaban la inteligencia artificial para estudiar y quienes la empleaban para trabajar o entretenerse. El interés propio y la confianza en las propias capacidades resultaron fundamentales cuando se buscaba aprovechar GenAI para aprender. Quienes sintieron verdadera curiosidad y perseveraron, fueron los que más partido sacaron de estas herramientas en su vida académica.
Por supuesto, el apoyo social contó. Un entorno en el que docentes y compañeros animaban a experimentar con la IA facilitó que los estudiantes se sintieran seguros al explorar nuevas tecnologías.
¿Cómo se diseñó el estudio?
La investigación combinó encuestas online y presenciales en las dos universidades mencionadas, cubriendo distintos perfiles: desde estudiantes en el primer año hasta quienes aspiraban a ser docentes, tanto en cursos presenciales como virtuales. Se analizaron aspectos como la autoeficacia, la motivación interna y externa, la gestión del tiempo y la planificación, así como el entorno de apoyo social.
Gracias a este enfoque, el estudio pudo distinguir matices en la aceptación de la IA, según si se usaba para tareas académicas o para otras actividades, aportando así una visión más realista y actual de la vida universitaria.
Prepararse para un mundo con inteligencia artificial
Hoy, la alfabetización en inteligencia artificial ya es imprescindible. GenAI está presente no solo en la universidad, sino también en el mundo profesional, creando nuevos desafíos y oportunidades.
Sin embargo, estas herramientas aún presentan limitaciones: no pueden pensar por sí mismas ni garantizar siempre respuestas correctas, por lo que resulta crucial que los estudiantes aprendan a usarlas “con cabeza”, evaluando con criterio y reflexionando antes de confiar ciegamente en los resultados.
Este trabajo se apoyó en dos pilares fundamentales: la teoría de la autorregulación del aprendizaje (que nos anima a ser proactivos, responsables y reflexivos) y el modelo de aceptación tecnológica, que explica cómo y por qué se decide adoptar (o no) nuevas tecnologías.
Sugerencias para una universidad más inteligente
A partir de los hallazgos, los investigadores propusieron ideas claras para mejorar la experiencia universitaria con GenAI. Recomiendan que los docentes sean ejemplo en el uso de estas herramientas, demostrando cómo aprovechar la IA mientras cultivan la confianza, la motivación y el esfuerzo en sus estudiantes.
Los autores en el artículo de Australasian Journal of Educational Technology explicaron: “Los profesores universitarios deben demostrar y modelar el uso de GenAI que fomente el desarrollo de habilidades de autorregulación, tales como la autoeficacia, el apoyo social, la motivación intrínseca y la regulación del esfuerzo”.
También sugieren que los equipos de gestión universitaria impulsen la formación del profesorado en este campo. Según los autores, “los administradores universitarios deberían priorizar el desarrollo académico para dotar a los instructores de competencias que les permitan fomentar la autorregulación del aprendizaje mediante herramientas de GenAI”.
Fuente: Infobae.