Desde España, el doctor en Pedagogía Jorge Larrosa participó de la apertura del Festival de la Palabra 2025. Una propuesta del Ministerio de Educación de la Provincia que este año va por su cuarta edición y tiene por lema Leer, hablar y escribir: ciencias, información y literatura.
En su conferencia, Larrosa compartió fragmentos de libros que lo formaron en su carrera y en su oficio como lector. Poesía, filosofía, psicoanálisis, un “inmenso tapiz intertextual” -como dijo la coordinadora del Plan Provincial de Lectura Luciana Trocello– que el reconocido pedagogo “tejió” para responder a la pregunta: “¿aún creemos en la palabra?”.
Una teología de la palabra
Para Larrosa, esta pregunta que da vueltas sobre “la creencia en las palabras” puede trasladarse, sin dudas, al ejercicio docente. “¿En qué creemos y en qué confiamos, si es que aún creemos o confiamos en algo, para ser profesores?”, esbozó.
Larrosa citó entonces las últimas líneas de Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire: “Si algo queda de estas páginas, que sea al menos esto: la fe en el hombre y en su capacidad para construir un mundo donde sea menos difícil amar”.
“Al final de todo, es como si Freire dijera: lo único que yo quiero transmitir es la fe. Por eso gran parte de la obra freiriana es una especie de teología de la palabra, la capacidad del lenguaje para construir mundos, para ampliarlos”, mencionó.
Las palabras, a su vez, como “cualquier cosa humana”, no escapan a la ambigüedad. Por eso intentar llevar esa “fe en las palabras” a las aulas en la era del ChatGPT, de las fake news, de la supremacía de la imagen y más, es para Larrosa, una responsabilidad.
“Las palabras son engaños variopintos, pero al mismo tiempo, por la noche, uno las puede destejer. La responsabilidad que nos compete es hacer una especie de lucha de palabras, de las palabras verdaderas contra las palabras falsas”, agregó.
“Escriba lo que la lectura le sugiere”
Para arrojar algo de luz acerca de cómo cultivar la fe en la potencia transformadora del lenguaje, Larrosa compartió con la audiencia la consigna de uno de sus maestros: “escriba lo que la lectura le sugiere y después hablemos un poco de eso”.
Invitar a “escribir sobre lo que lectura sugiere” es una forma posible de enseñar a leer y conversar para “tener una relación un poquito más inteligente con el mundo”, indicó. Una manera de acercarnos a la vida en una sociedad “más digna, más justa, más democrática, donde no dé tanta vergüenza vivir”.
En diálogo con estas ideas, Trocello agregó después: “¿Cuán lectores somos frente a nuestros estudiantes en las aulas? ¿Estamos compartiendo nuestro deseo en torno a la lectura? Trabajamos con el lenguaje que, como dicen nuestros diseños curriculares, es la matriz constitutiva del pensamiento, por lo tanto, trabajamos para enseñar a pensar”.
Un oficio de palabras
“¿Aún creemos en la palabra?” es una pregunta abierta, el convite a pensar de Larrosa. “Ser profesor, como saben, es un oficio de palabras, tiene que ver con la lengua. La sala del aula es un lugar de palabra, de pensamiento y de conversación”, indicó hacia el final de su conferencia.
Compartió, además, la lectura de un fragmento de Alma se tiene a veces, su libro más reciente: “El legado (lo que uno deja), no es de lo que somos o tenemos, sino de lo que hemos cuidado”.
“Aquí estaría contenida una de mis declaraciones de fe: lo que uno hace a lo largo de su vida es cuidar alguna cosa y tratar de que no se deshaga, de que no se afee demasiado”, añadió.