Un estudiante de Agronomía (UNVM) desarrolló una experiencia “sostenible” en su campo de Etruria. Según cuenta sus gallinas criadas a campo “son más felices”.
Desde la especificidad interdisciplinaria que brinda la carrera que está cursando (3° Año) Juan Gizzi no hace demasiado tiempo comenzó con un emprendimiento de cría de gallinas para la producción y venta de huevos desde una perspectiva sostenible.
La experiencia de un estudiante
Las nuevas tendencias de producción y consumo ponen el ojo en cómo llegan los alimentos a las mesas familiares en cuanto al mentado bienestar animal. En este sentido, quienes cursan la carrera de agronomía en la UNVM cuentan con una grilla curricular de materias que están diseñadas para enseñar desde los sistemas más tradicionales hasta los más modernos.

Villa María Educativa consultó a Gizzi en relación a qué plus tiene en su haber en relación a otros productores que no pasaron por la academia: “Hay materias que vemos…, aunque aún no cursé Producción Animal, pero sí Anatomía Animal y te hace entender qué tipos de alimentos utilizar, qué dieta se puede incorporar. Ahora estoy por cursar Nutrición Animal, sabré cómo formular las dietas para que no tenga deficiencias o puntos de inflexión…”.
“Gallinas criadas a campo”
Gizzi explicó los cambios, tanto en el ave como en sus productos, en este tipo de crecimiento en libertad: “El animal es más sano, no va a contraer enfermedades, cosa que sí lo hace aquellos que están confinados, son más susceptibles a enfermarse. En campo, al estar en contacto con el suelo, comer pasto, insecto, genera un sistema inmune más desarrollado”.
En cuanto a sus productos, enfatizó: “La carne es más dura, más firme, porque el animal anda más. Y los huevos contienen más proteínas, más vitaminas, la yema es de un amarillo fuerte y mucho más sano que los huevos industriales que uno compra en las verdulerías que son pálidos y más pequeños”. En esto último, mucho tiene que ver la dieta alimenticia que come una gallina confinada y otra criada a campo: “Mis gallinas son más felices: comen pasto, insectos, dieta de maíz y algo de balanceado. Las industriales sólo consumen balanceados procesados, no tiene el pigmento que le da el maíz a campo”.
Costo/inversión
En relación a los costos, según Gizzi, la inversión “es mucha más económica y recuperas mucho más rápido la inversión que realizaste” en cuanto a no contar con grandes jaulas o galpones. A diferencia que, en la cría industrial, “controlas varios factores que, en mi modelo, no. Y eso lo hace redituable”, en clara referencia a la cantidad de aves en producción.

Juan posee tan sólo 40 gallinas y en un solo galpón industrial cuentan con 18 mil aves, promedio, a razón de la misma cantidad de huevos diarios. “Yo tengo 35 huevos diarios para vender. Hay que hacer los números más finos en mi sistema para ser más redituable”, explica.
Actualidad y futuro
En materia de comercialización, este mismo estudiante recolecta los huevos, las almacena su vivienda, los seleccionaa entre grandes y chicos, arma los maples, y con diferentes valores los ofrece a la ya establecida cartera de clientes domiciliarios y algunos locales comerciales.
“Mi idea es agrandarme. Ya estuve viendo otros modelos de producción en galpones pero que siempre la gallina salga a campo. Este será mi proyecto a futuro”, contesta a la hora de responder si como egresado se ve dentro del mismo proyecto.