El Conservatorio Superior de Música Felipe Boero ya cuenta con una Sala de Ensayo, gracias al trabajo autogestivo de estudiantes y docentes. De esta manera, se agilizaron los tiempos institucionales de práctica, siendo un sitial más que destacado a la hora del uso de todos los niveles de formación.
“Una gran alegría poder organizarnos para poder concretarla. Fue, principalmente, una idea que fue surgiendo de los (y las) estudiantes del Profesorado que manipulan muchos instrumentos, que llevan y traen desde un aula a otra. Y, además, de los profes como una necesidad de poder tener todo organizado en un sólo lugar”, refleja su flamante nueva directora, la belvillense Cristina Zerpa.
Conservatorio
La impronta de este nuevo espacio, en un inmueble que pide a gritos mejor conservación y mantenimiento, es una bocanada de aire fresco para esa comunidad: “Se modificaron horarios para un mejor espacio de uso disponible y comenzaron a agruparse elementos… Mucha colaboración de profes arreglando algunos de esos elementos que estaban en desuso o rotos. Estudiantes arreglando cables…, entre todos (y todas) lograr organizar el espacio y dejarlo disponible para que, desde los más pequeñitos hasta el profesorado, poder acceder a un espacio organizado y preparado para el trabajo musical”, explica la directora que arribo hace tres meses a la entidad.
El nuevo espacio exclusivo para ensayos, hizo repensar la logística interna, agilizó la dinámica diaria de dictado de clases y vino a cobijar a todos los elementos para que que estén disponibles en un mismo momento para distintos grupos de ensayo y práctica de conjunto.
Actualmente, asisten al Conservatorio de Música, algo más de 600 estudiantes en sus distintos niveles (vocacional, infantil, básico y avanzado, talleres y en el IFD, donde se preparan los futuros profesores y profesoras de música). Además, cuenta con un plantel de 40 docentes y 10 administrativos (ayudantes técnicos, secretaría, preceptoría, bibliotecaria y administrativo).