Guadalupe Martínez es una docente de una escuela Waldorf que durante el fin de semana perdió gran parte de su vivienda devorada por los incendios que azotan las sierras de Córdoba. La semilla de educadora que yace en ella hace que le brote contención para los que se llegan a ofrecerle su apoyo (entre ellos sus estudiantes) en el medio de una de las catástrofes más importantes en la zona.
Lleva ocho años como docente de plástica y profesora de percusión en el Colegio Sol Naciente de San Esteban. “Aquí estoy brindando mis dones a los jóvenes, trabajando en el impulso Secundario”, cuenta a Villa María Educativa, en un aparte de las tantas guardias de cenizas que realiza por estas horas.
Incendios en Córdoba
“Lupe”, como la conocen en el lugar, perdió prácticamente toda su vivienda (y pertenencias) al momento que durante el fin de semana las llamas se apoderaron de gran parte de esa población. Además, dicta clases de arte en un Centro de Jubilados “y justo ellos me acaban de escribir lamentando todo esto que está sucediendo y le dije que son mi oasis porque darles clases a personas de 60, 70 u 80 años es hermoso”, dice.
Aunque las clases en aquellas localidades afectadas por el fuego, el humo o corte de servicios no están abiertas, también en el caso de esta Waldorf suspendieron las actividades. Guadalupe relata: “No estamos dando clases porque tenemos a muchos maestros, jóvenes y niños comprometidos con el fuego. Gente que se le ha quemado la casa, tres familias que perdieron completamente su vivienda, y otras que se les quemó todo alrededor. Estamos todo el tiempo apagando focos”.
La docente que hoy barre cenizas
Se la escucha calma al teléfono. ¿Cómo sostener esa dualidad de contención para con sus pares mientras observas tu casa presa de las cenizas? Responde: “Es muy loco. Justo ayer me decía una vecina ´llega la gente, se pone a llorar, y los tenés que contener vos…´. Y bueno, les digo que ya va a pasar, aunque a mí no me quedó nada…, es todo muy loco, un desborde anímico…, psicológico”.
Por el momento vive de una vecina, otra de ellas le ofreció “quedarse” en una cabaña que alquila por temporada y la Municipalidad de San Esteban se comprometió a abonar el alquiler de una propiedad. “Intentando organizarme en el medio de focos prendidos todo el tiempo, alertas de incendios…, es muy difícil y complicada la situación” cuenta Guadalupe mientras nos dice que sus propios alumnos pasan a saludarla y brindarle su apoyo: ese otro “fueguito”, el del bueno, ese que no sabe de especulaciones inmobiliarias ni de funcionarios desprevenidos ante tamaños desastres naturales.
“De incendios, no es temporada. Usemos bien el lenguaje, porque se vuelve un ultraje, instalar entre la gente, mentiras irreverentes, que habilitan el pillaje…”, nos recuerda Doña Jovita, ese personaje que le da vida nuestro juglar cordobés José Luis Serrano.
Aquellas y aquellos que quieran colaborar con esta docente, lo pueden hacer:
Cuenta: ayuda.x.incendio.mp
Motivo: donacion
A nombre de Guadalupe Nuria Martínez.