Del 22 al 26 de enero se desarrolló en Rio Ceballos el 45° Encuentro Nacional de Maestros Rurales Argentinos (A.M.R.A) y el VI Coloquio Iberoamericano de Educación Rural, de la Red Temática de Investigación en Educación Rural (RIER).
El encuentro tuvo la participación de docentes de las provincias de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe y Tucumán. Además, participaron investigadores universitarios y docentes rurales de países de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y México.
“La asociación de maestros rurales argentinos surge en el año 1958 en un curso muy intensivo que organizó por seis meses Unesco y el Consejo Federal de Educación. Un curso que no se volvió a repetir y del que salieron muy bien preparados para la educación rural y la promoción comunitaria”, explicó a Villa María Educativa, la docente y una de las fundadoras de AMRA, Silvia Michelli.
“Al cabo de 20 años de esa capacitación pensamos ‘que bueno sería que nos juntáramos’ y conocer que se hizo, que resultados nos dio en nuestras propias localidades y provincias. Así nos reunimos por primera vez en Córdoba, en 1979, en San Antonio de Arredondo y desde ahí venimos reuniéndonos todos los años”, relató. Michelli cuenta que es el octavo encuentro que se hace en Córdoba y en este participaron 71 docentes argentinos. El año próximo será en Entre Ríos.
¿Qué discutieron los docentes rurales?
Políticas sobre la ruralidad, pedagogía y didácticas, proyectos de formación docente e investigación y metodologías para la educación rural fueron algunos de los ejes de discusión del encuentro.
Un proyecto político sobre las ruralidades. “El encuentro estuvo atravesado por una preocupación manifiesta acerca de las políticas públicas que lastiman los territorios rurales y opacan y callan las necesidades reales de las comunidades, deterioran el equilibrio de los ecosistemas y afectan los ciclos naturales de la vida”, dijeron los docentes como conclusión del encuentro.
En este sentido, demandaron “un proyecto político sobre las ruralidades donde el eje educativo es central para fortalecer el tejido social y fomentar el bien común” y un reconocimiento de docentes y organizaciones comunitarias rurales que “están haciendo importantes esfuerzos, muchas veces sin reconocimiento y apoyos, para abordar las problemáticas que implican desigualdad, discriminación, marginación social y desarraigo”.
La formación docente orientada a contextos de ruralidad fue otro de los debates presentes. “Hay necesidades formativas con el propósito de resarcir el vacío que existe por el desinterés estatal en esta temática. Las distintas universidades e institutos de formación y escuelas normales, deben considerar los contextos de escolaridad donde laboran los docentes rurales, las características culturales de las comunidades donde se encuentran las escuelas rurales y la sinergia de los territorios”, explicaron.
Por otro lado, hay un reconocimiento de que la educación rural tiene su propia didáctica y pedagogía, como la organización plurigrado o multigrado. Por eso, discutieron sobre estos temas en relación a la correlación de contenidos para atender grupos de distintos niveles, la enseñanza de las matemáticas con sentido, las narraciones para el desarrollo del lenguaje comunicativo y la preservación ambiental, la diversidad de estrategias para abordar el tema de la calidad y el cuidado del agua; el poder del arte y la música para fomentar la creatividad y la conciencia crítica mediante la expresión artística, la educación física y el juego como recursos para el desarrollo integral de la corporeidad, la biblioteca como espacio educativo y de diversión, la presencia de la literatura en la escuela a través de comunidades lectoras y el museo como espacio de refugio para la libertad.
También abordaron el desarrollo de la enseñanza de educación sexual integral en el nivel primario, el acoso escolar en escuelas rurales y proyectos de robótica en preescolar y primaria.
Sobre investigación, detallaron que “es todavía un desafío. Se hace necesario utilizar metodologías que involucren a los diferentes actores educativos en proyectos para el mejoramiento de la escuela y la comunidad rural en igualdad de estatus de autoría. El componente político de la investigación se hace explícito en proyectos que buscan visibilizar, el abandono, deterioro y el olvido en que se encuentran las escuelas, comunidades y territorios rurales”.
Por ultimo los docentes, exigieron que el financiamiento cumpla con la calidad educativa, que se reconozca al docente como sujeto político y garante de los derechos de la niñez y la adolescencia, problematizar las realidades socioambientales develando contradicciones y conflictos de intereses e incidir en políticas públicas que adviertan la educación rural considerando a la comunidad como sujeto de derecho.

