Reflexiones de un director jubilado que se fue aplaudido por estudiantes: “Las escuelas agrotécnicas le dan un mayor sentido de pertenencia”

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Walter Andreola viene de retirarse como director del Instituto Técnico Agrario Industrial de Monte Buey. En la misma escuela fue también alumno y docente y en su última jornada (le llegó la jubilación) como director las y los estudiantes lo despidieron con aplausos.

Las escuelas agrotécnicas le dan un mayor sentido de pertenencia. Estas escuelas no solo hacen que una alumna, o un alumno, pasen por una formación en las ciencias básicas sino en el aprender a hacer y valorar mucho más a su escuela y sus docentes”, remarca Andreola en contacto con Villa María Educativa.

Director jubilado que se fue aplaudido por sus estudiantes

El rol de las redes sociales le imprimió un plus emotivo a la despedida ya que antes estos sucesos solo quedaban dentro de las paredes institucionales. Este instituto tiene 60 años de vida (los cumplió este año), es de gestión privada (la comanda una asociación civil) alberga casi a medio millar de estudiantes (19 divisiones) provenientes no sólo de Monte Buey sino de la región. Egresan anualmente medio centenar de Técnicos en Producción Agropecuaria.

Fueron muchos años y en todas las cosas uno tiene que saber retirarse a tiempo. Tratar de ver el mejor momento tanto para uno como para la institución”, enfatiza el ahora ex director quien también es ingeniero agrónomo y ya tiene una actividad privada que atender.

Con respecto al calibre de la despedida señaló: “Realmente me sorprendió. Uno es una persona dura pero me hizo tambalear…, me llevo el mejor de los recuerdos. Cuando llegó el día me quería despedir de los chicos dejándoles unas palabras a modo de legado”.

Reflexiones de un director jubilado

Uno cumplió la función que me fue asignada con el compromiso de haberla llevada a cabo y tratando, siempre, de que no sea un paso del tiempo sin haber hecho nada: uno ha gestionado y tratando de superar desde lo institucional, pedagógico, desde la formación humana de los jóvenes…”, describe.

Con referencia clara hacia ese sector etario, los jóvenes, el núcleo de la vida institucional de un colegio, el ahora ex director dice: “Es esta parte de la vida la más crítica para ellos en esta sociedad en que estamos insertos y sabemos de los problemas que atraviesan en la vida diaria y nosotros como escuela somos parte de eso, uno siempre aportó, ser inclusivo y trabajé para que todos puedan formarse”.

El rol de estudiante y el trabajo docente

En lo estrictamente académico valoró los objetivos formativos de ese instituto donde explicó que “nosotros los enseñamos a trabajar en el área específica de la producción agropecuaria: hacemos mucho hincapié en la transformación y en la cadena de valor de los productos primarios. Uno enseña a trabajar y los prepara para lo que cada uno quiera hacer después…”.

Walter Andreola , sobre su paso por el oficio de enseñar, sostuvo que “quizás hoy… sea una profesión muy desquiciada, poco tenida en cuenta o considerada, como debería serlo. La base de una sociedad es tener una población con valores y una ciudadanía formada y cada vez mejor”.

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