Se realizó el acto por el aniversario 85 del IPET 56 Abraham Juárez. Plagado de emociones sentidas, su director Henry Calvo fue contundente: “Son 700 estudiantes y 700 preocupaciones”.
El reencuentro por un nuevo aniversario tuvo varios condimentos especiales: el primero después de la pandemia, la imposición del nombre de una docente fallecida a un laboratorio, el reconocimiento a los y las docentes jubiladas como a su histórica cocinera y a un vecino que oficia de cuidador cuando la escuela está cerrada.
Aniversario del Abraham Juárez
Pasaron cajas y cajas de tiza desde aquella única oportunidad formativa para obreros y obreras que podían estudiar en la primera escuela nocturna no primaria. Trabajar durante el día y hacer el secundario a la noche.
Pasaron 85 años desde aquel 2 de octubre de 1937. Mucha historia formativa y grandes desafíos. Desde aquel joven que llegó sin zapatillas pasando por la mamá que suplicaba ayuda debido a la adicción de su hijo hasta el consejo diario (tan necesarios) de docentes para sus estudiantes.

Muchas veces la vulnerabilidad de su comunidad educativa hace agudizar las acciones pedagógicas y administrativas.

520 alumnas y alumnos almuerzan diariamente en la escuela, única comida fortificada para muchas y muchos de ellos.
“Son 700 estudiantes y 700 preocupaciones”
Al momento de hablar, durante el acto, Calvo señaló que trabajan diariamente “con errores y con aciertos, pero lo hacemos. Son 700 estudiantes y 700 preocupaciones. La escuela comienza a funcionar a las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde, es una escuela grande con una infraestructura chica”.
Y reclamó espacios: “Los jóvenes necesitan espacio, no podemos enseñar como hace 20 años: hoy hay que escucharlos, acompañarlos, hay que aconsejarlos… Por eso agradezco a todo el equipo docente que me acompaña”.

En otro apartado, además, Calvo hace foco al derrotero sufrido por las escuelas técnicas en el país y en Córdoba. “En un momento perdimos hasta el nombre, hoy lo recuperamos, somos IPET y eso es importantísimo. Destruyeron las escuelas técnicas, no fue fácil salvarla, fue una lucha permanente y vamos por buen camino”, enfatizó.
Por otra parte, hizo referencia a la dura decisión tomada en 2014 sobre cerrar los servicios educativos nocturnos. “Fue duro, pero necesario. Cuando nacimos no había otra oferta educativa (similar) hoy existen muchas”, graficó.
Laboratorio de Cs. Naturales “Nora Lagos”
Varios fueron los momentos emotivos durante el acto del pasado 14 de octubre. Uno de ellos, sin duda, fue la imposición del nombre de “Nora Lagos” al Laboratorio de Ciencias Naturales.
Lagos falleció como consecuencia del virus COVID 19 en plena pandemia siendo docente del colegio, estudiante del INESCER y a sólo días antes de haber recibido la posibilidad de desempeñarse en un cargo. Fallece el 13 de junio de 2020 y el 5 de mayo llega el nombramiento por un cargo de preceptora. Lo necesitaba, era jefa de familia.

Los familiares de la docente participaron del acto: sus hijos, sus hermanos y su mamá. “Nora no tenía muchas horas en la escuela, pero era de esas personas que siempre se involucraba. Y si no la involucrabas, se enojaba. Muy colaboradora en lo que le pidiéramos y generadora de proyectos”, destacó Calvo.

Antes de trasladarse al laboratorio para imponer su nombre en una placa en el ingreso, Calvo dijo: “Es la vida, la vida que a veces nos pega en donde más nos duele”.
Reconocimiento a las y los jubilados
También formaron parte del acto los y las educadoras que accedieron a sus jubilaciones en los últimos años.


Ellos son: Horacio Monge, Elizabeth Pittaro, Susana Rodríguez, Patricia Funoy y Néstor Gea.

