Una docente que dicta clases particulares describe que en “años anteriores no tenía tantos niños como ahora”.
Agustina Ladechia tiene 26 años, es profesora de Educación Primaria (egresada del Víctor Mercante) y ofrece apoyo escolar en su domicilio. Sólo brinda clases particulares de nivel primario de lunes a viernes de 8 a 12 y de 18 a 20.30 y los sábados de 9 a 12.
La pandemia modificó la práctica como la conocíamos e hizo cambiar hábitos tantos a docentes como a las familias.
“Mis horarios han cambiado mucho. Al trabajar con clases personalizadas te insume más tiempo en cada una de las clases y así estoy mucho más tiempo”, explica Ladechia.
“De hecho en algunas oportunidades termino exhausta ya que además de estas clases trabajo a la tarde también y muchas veces no llego a hacer todo”, esgrime. Por la tarde Agustina es docente de Nivel Primario en una escuela pública de Villa María.
“Pero es algo que me gusta, que lo disfruto mucho y además es un pesito más que me ingresa”, reconoce.
“Años anteriores no tenía tanto niños”
Diariamente atiende las demandas de entre seis y siete alumnos. La totalidad de los estudiantes provienen de escuelas de gestión privada. “Años anteriores no tenía tanto niños como ahora. Es impresionante como se nota el cambio”, dice en relación a los vaivenes del sistema educativo presencial.
En materia de sanidad esta docente cuenta que los alumnos al ingresar a su domicilio lo hacen con barbijos, trayendo su alcohol en gel y ella los espera, además, con un dispositivo sanitizante para compartir. “Trato de cumplir con todos los protocolos y tengo circulación cruzada de aire en el lugar”, detalla.

Al igual que en los establecimientos educativos Agustina le recuerda a las familias que si algún integrante presenta síntomas sospechosos de presencia del virus no envíen a sus hijos y le avisen sobre la inasistencia.
“Muchos llamados de papás desesperados porque no quieren que sus hijo/as se atrasen por diferentes razones”, explica. “Algunos por temas laborales y no tienen tiempo de acompañar o muchos porque no saben cómo hacerlo. Es terrible la preocupación”, detalla.
¿Las clases son personalizadas?
La consulta obligada de las familias a la docente: ¿Trabajás con burbujas? ¿Las clases son personalizadas? “Por eso desde julio pasado trabajo con clases personalizadas a raíz de estos pedidos”, indica.
Las asignaturas que más apoyo necesitan son Matemática y Lengua. “Tengo muchos alumnos de Primer Ciclo: de 1º y 2º grado que necesitan afianzar lo que es lectura y matemática”. Aclaró: “Noto mucho el acompañamiento de los padres en este recorrido”.
“Solo doy clases a alumnos de primario. Me gusta mucho trabajar con 1º Ciclo. Cuando me llaman para alfabetizar a los niños me acomodo súper rápido porque me gusta hacerlo”, señala.