Italia prohibió el uso de celulares en clase en todos los colegios e institutos. Fue una decisión de Ministerio de Educación siendo que, hasta ahora, era decisión del director de cada establecimiento.
El ministro de Educación italiano, Giuseppe Valditara, envió una circular a todos los colegios e institutos en la que prohíbe el uso del móvil durante las clases, ya que es un «elemento de distracción para uno mismo y para los demás y una falta de respeto a los profesores«.
La medida coincide con lo resuelto por el Ministerio de Educación de Catamarca quien también viene de prohibir el uso de dispositivos en las escuelas en noviembre de 2022.
Uso de celulares en clase
El uso de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos «puede permitirse, obviamente, con la autorización del profesor, y respetando la normativa escolar, con fines educativos, inclusivos y formativos«, indica la nota ministerial.
«No estamos introduciendo sanciones disciplinarias, nos estamos refiriendo a un sentido de responsabilidad. Invitamos también a los centros educativos a velar por el cumplimiento de la normativa vigente y a promover, en su caso, refuerzos normativos más estrictos y pactos de corresponsabilidad educativa, para prevenir eficazmente el uso indebido de estos dispositivos«, explica.
La circular ministerial incluye un informe realizado por una comisión parlamentaria sobre los riesgos para la salud de los niños que pueden derivarse del uso continuado de los teléfonos móviles.
Investigación
La decisión se basa en las conclusiones de un informe realizado por el Senado del país sobre el impacto del uso descontrolado de los dispositivos electrónicos en los estudiantes más jóvenes, comparando sus efectos con los de la cocaína.
Según la investigación, basada en la opinión de neurólogos, psiquiatras, psicólogos, pedagogos, grafólogos y fuerzas del orden, «lo que más preocupa es la pérdida progresiva de facultades mentales esenciales […], la capacidad de concentración, memoria, espíritu crítico, adaptabilidad y capacidad dialéctica» de los estudiantes. «Nada diferente a la cocaína, las mismas implicaciones químicas, repercusiones neurológicas, biológicas y psicológicas«, explica.

