La iniciativa fue impulsada desde la Licenciatura en Óptica y Contactología que dicta la UNVM en modalidad a distancia.
Docentes y estudiantes de la Licenciatura en Óptica y Contactología de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) forman parte del proyecto extensionista “Cambiando vidas” que permitió mejorar la calidad de vida de un paciente con disminución visual.
Se trata de Daniel, quien llegó con una historia clínica que diagnosticaba degeneración macular relacionada con la edad, agravada por un escotoma central en su ojo derecho y un “importante” nivel de miopía y astigmatismo.
El hombre pudo recuperar gran parte de su capacidad visual a partir del abordaje interdisciplinario y de la adaptación de una lente de contacto. Se trata de una tecnología particular y avanzada, que es capaz de compensar, modificar y rehabilitar este tipo de anomalías.
“Durante todo el cursado de la carrera enfatizamos la importancia que tiene para nuestro campo profesional la posibilidad de ofrecer alternativas que mejoren la calidad de vida de las personas que llegan a nuestros gabinetes con alguna problemática visual”, comentó el docente y director del proyecto avalado por el Instituto de Extensión de la UNVM, Franco Manzanelli.
Asimismo, destacó que la historia de Daniel resume brevemente “el impacto que tiene el abordaje de un licenciado o licenciada en Óptica y Contactología, quien a través de diversas herramientas que adquiere durante sus estudios y el acompañamiento de otros profesionales de la salud, puede obtener resultados de este tipo”.
Manzanelli insistió en la importancia del abordaje profesional para el tratamiento de patologías oculares. “Empleamos unas lentes particulares capaces de ser amoldadas a cada caso clínico, en función a la necesidad visual en cuestión. Allí radica la capacidad profesional de poder evaluar la situación de manera personalizada y así encontrar el modelo justo que permita devolverle a esa persona su calidad de vida”.
Al concluir la adaptación de los dispositivos oculares, el paciente compartió su experiencia con docentes y estudiantes: “Es muy emocionante poder ver de nuevo. No tienen idea de lo que significa poder ver bien los colores, verles las caras a ustedes”.
Daniel contó que su disminución visual había hecho de su vida “un calvario que no se lo deseo a nadie”. “Tengo una nieta a cargo y, entre otras obligaciones, tengo que llevarla al colegio. Me fue muy difícil, es muy triste no ver”, reveló.