Juan José Morales se transformó en el Nieto Recuperado 132 cuando Abuelas de Plaza de Mayo lo anunció hacia todo el país. Apoyado en su historia reciente en búsqueda de su identidad dice que “la escuela debe tratar estos temas con la verdad y esa verdad posibilita la memoria”.
Juan es noticia nacional por la recuperación de su identidad, hecho que ya materializó conociendo a su familia materna. Todos los días, desde sus oficios, fue “levantando ladrillo tras ladrillo” y “amasando” su propia identidad con ansiedades y con la ayuda del Nodo de la Red Tucumán por el Derecho a la Identidad.
Educación para la Memoria
En diálogo con Villa María Educativa, Juan mira su paso por la escuela y reitera: “La verdad posibilita la memoria y después la llegada de la Justicia”. Y profundiza: “Cuando en la escuela nosotros estudiábamos Historia Argentina, hay muchas cosas que se dejan de lado, que no se estudian, que no se muestran. Para mí eso es muy necesario: conocer la historia de nuestro país y las cosas que sucedieron. No olvidar para que no se repita”.
Con una voz cansina refleja su presente de trabajador en todo tipo de changas: “Soy albañil, pero en realidad trabajo de lo que hay. Actualmente estoy horneando pan y hago el reparto para una panadería. Me defiendo…”.
Nieto 132
Fue difícil la tarea de buscar su identidad en una provincia como Tucumán, territorio institucional complicado por su historia vinculada a los atropellos por los Derechos Humanos.
“Acá todo se cajoneaba, en su momento, no tenía respuestas. Hasta que me comuniqué con Abuelas de Plaza de Mayo y me comuniqué con referentes de acá y por suerte pude dar con Alejandra quien se movió bastante”. La última referencia es para Alejandra García Aráoz, del Nodo Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad.

“No fue nada fácil pero muy satisfactorio y emocionante al final”, describe. Añade: “La verdad que es un camino largo y cuando se van cerrando las etapas es hermoso. Es como complementarse, un empezar de nuevo. Perder la identidad es algo complicado y recuperarla… pahhh, es una emoción tan grande”.
El derrotero
Juan hizo referencia al derrotero frente a esta búsqueda: “Los estados de ánimo van cambiando bastante al ir descubriendo cosas, que van siendo parte de la identidad de uno, por como sucedieron, por como se dieron. Son cosas que pasaron y duelen, pero por suerte tuve mucho apoyo de mi familia y de Alejandra, una gran amiga, que me ayudaban a seguir averiguando para completar mi historia. Hoy completé la mitad, lo que fue mi madre, ahora voy por lo de mi padre, y espero completarlo pronto”.

No siempre los tiempos son rápidos: el corazón dicta una cosa y los pasos de la Justicia, otra. “En base a la donación de sangre que hice en el Banco Genético posibilitó que aparecieran los restos de mi madre en un tiempo que fue rápido. Es algo que no se puede describir mucho…”, nos dice.
Sitios para profundizar sobre Pedagogía de la Memoria: