Egresar de la UNVM en días de reclamos: el rol de lo público en la formación de dos nuevas realizadoras

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Dos nuevas realizadoras audiovisuales egresaron de la UNVM. Constanza y Nayla destacan el rol que tuvo la universidad pública en su formación humana y profesional.

En los minutos previos donde, parte de la comunidad universitaria se aprestaba a realizar el abrazo simbólico al Campus en defensa del presupuesto, ellas defendieron su Trabajo Final de Grado (TFG) de la licenciatura en Diseño y Producción Audiovisual (IAPCH).

Egresar de la UNVM en días de reclamos

Nayla Dib y Constanza Palevich presentaron ante la mesa evaluadora un cortometraje llamado “Disforia”. La producción hace referencia a la afección de la protagonista, que experimenta tristeza y ansiedad. “Este estado se llama «disforia», que deriva del griego «dys» (negación) y «pherein» (soportar), describiendo una sensación molesta opuesta a la euforia en psicología”, explicaron ante docentes y familiares que siguieron la instancia examinadora. “El tema surgió de la preocupación por la depresión, que aumentó durante la pandemia de COVID-19, motivando a abordar la salud mental a través de este proyecto”, agregan.

En paralelo, frente a la sede de los institutos académicos, lloviznaba, había paro de transporte y sensaciones encontradas frente al peligro de que las universidades públicas no pudieran cumplir con los requisitos de brindar una educación de calidad frente a los férreos ajustes del Gobierno Nacional en sus arcas económicas.

El rol de lo público en la formación

La agenda universitaria hizo que ambos hechos se sucedieran casi en paralelo: defender un TFG al momento de una alta ebullición social frente a los recortes presupuestarios. Constanza reflexiona: “Nos sentimos bien por haber culminado esta etapa, pero en este último tiempo, veíamos todo con mucha preocupación e incertidumbre, no sólo por nosotras sino por los compañeros de la carrera que aún siguen estudiando”.

Rescata los recursos que la UNVM pone a disposición de las y los estudiantes (con una aparatología de avanzada) destacando que “nos han dado una mano muy grande para estudiar. Tenemos equipos que ni siquiera están disponibles en la UNC, eso nos ha ayudado muchísimo durante toda la carrera”. Desde el fuero íntimo sostiene: “A mí la universidad me hizo crecer mucho como persona. Me hizo cambiar pensamientos y ser una persona más sociable…”.

La formación de dos nuevas realizadoras

Nayla, introspectivamente, explica: “Soy de Río Cuarto, y lo de la universidad pública me parece muy importante, porque de no haber sido por ella no hubiera tenido la posibilidad de estudiar lo que quería…”. Explica que, en los momentos de decisión, “estaba por ir a Córdoba o a Villa María, y esta carrera me pareció mucho más amplia (desde lo curricular) y al ser menos alumnos, existe otro tipo de relación con los profesores y nos podemos conocer más entre todos”. Desde lo personal, dice: “Es como que encontré mi esencia, más allá de la Universidad, en la carrera. Fue una gran oportunidad, por eso hay que tomar conciencia, aprovecharla y defenderla a la universidad pública”.

Nayla y Constanza defendiendo un TFG que llevó cuatro años

Constanza, villamariense, acota: “Como compartimos espacios con otros estudiantes, de la misma universidad, y también venía gente de Colombia, México, y veían nuestra universidad y no podían creer que todo era gratuito. A mí, particularmente, me impactó muchísimo eso… Eso me parece súper valioso, por ejemplo, mi tío trabaja en TV y no podía creer los lugares que teníamos para practicar o contar con un Estudio de esa calidad a disposición”.

El cortometraje

En plena pandemia (2020) comenzaron a transitar la materia “Taller Final de Grado” y, con algo de coincidencia, ya tenían entre manos el tema de la “salud mental”. Constanza explica: “Comenzamos a ver varios casos de depresión, ansiedad en gente conocida, es como que comenzó a surgir el proceso”.

Nayla agrega: “Surgió por nuestro propio interés y se vio potenciado con la pandemia. Muchos allegados fueron tocados por el tema, y lo vivieron muy de cerca. Siempre fue una temática que me intereso; lo audiovisual es una herramienta muy poderosa y expresiva para mostrar cosas que no se pueden ver a simple vista”.

“Meternos en la cabeza para darle un cuerpo a la enfermedad”

La disforia se caracteriza generalmente como una emoción desagradable o molesta, como la tristeza (estado de ánimo depresivo), ansiedad, irritabilidad o inquietud. No es más que​el opuesto etimológico de la euforia. La disforia se refiere sólo a un desarreglo de las emociones. Además, es un rasgo de muchos trastornos psiquiátricos, como los trastornos por ansiedad y los trastornos del estado de ánimo. La disforia se experimenta normalmente durante episodios depresivos.

En el cortometraje “no hablamos de la pandemia. Lo que si hicimos fue abordar la depresión y la ansiedad”, dice Constanza. Añade: “Lo abordamos como de una parte distinta. En las películas, normalmente, se la aborda desde la vida cotidiana, del día a día de esas personas, pero nosotras buscamos mostrar los pensamientos de alguien depresivo. Meternos en la cabeza como para darle un cuerpo a la enfermedad”.

Ahora, ya defendido y obtenido un 10 de calificación, el cortometraje tiene previsto recorrer su camino en festivales y proyectarse en distintas salas, aproximadamente, desde octubre en Villa María y la zona.

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