En una carta, docentes autoconvocados de la Biblioteca Bernardino Rivadavia dijeron “poner en duda nuestro trabajo, nuestro esfuerzo, nuestra capacidad: no corresponde” ante el conflicto desatado por los costos de la matrícula 2021.
En el mismo comunicado, explicaron: “entendemos el reclamo y sabemos que desde la página oficial de nuestra Institución se pueden comunicar con gente idónea que recibe las diferentes situaciones familiares y tratan de todas las maneras posibles de solucionar cada una de las mismas”.
Además, llamaron a “actuar como adultos responsables, sin involucrar en el camino a nuestros estudiantes”. La carta fue difundida y elaborada por docentes que forman parte de la institución, pero surgió de manera espontánea.
Los docentes se refirieron a las diferencias que se generaron entre la institución y las familias: “cuando surgen diferencias en el aula, acompañamos a los alumnos en el diálogo entre las partes, en forma y lugar que corresponde para solucionar los problemas, apelamos a reconsiderar los medios y las formas de reclamar«.
Comunicado
“Docentes de la Biblioteca y de todo el país, estamos atravesando la misma situación. Todos estamos aprendiendo cómo movernos en esta pandemia. En este contexto para el cual, nada ni nadie, estaba preparado. Las clases que antes se desarrollaban a través de lo presencial, ahora tienen otro formato para todos los niveles. Este año, más que nunca pensamos cada día cómo sorprender, motivar, y hacer que nuestros estudiantes sigan aprendiendo bajo circunstancias tan atípicas, que nos movilizan a todos y fundamentalmente, a los niños.
¿Qué más quisiéramos nosotros que estar en las aulas? ¿Qué más quisiéramos poder ver a nuestros alumnos en la escuela? Para nosotros no es fácil (como a todos). Tenemos que contar con una serie de requerimientos que antes no eran sumamente imprescindibles, como: wifi de calidad, una computadora con cámara incorporada, o sortear imprevistos, como que no se corte la luz.
A su vez, reinventar nuestra didáctica, fue otro de los grandes desafíos que tuvimos que afrontar a contrarreloj, reformulando la práctica docente, adaptándola a una modalidad on line, teniendo siempre en cuenta las distintas situaciones de cada una de las familias de nuestros alumnos y alumnas, con el único objetivo que los aprendizajes, no sólo establezcan un vínculo académico, sino también humano.
El esfuerzo es compartido por muchas familias que se esmeran desde sus casas y nos ayudan a que sus hijos sigan aprendiendo y, sobre todo, no pierdan la alegría al hacerlo esperando el vídeo, o el encuentro por “Zoom” para poder sentirnos más cerca. Pero sinceramente, también nos invade una profunda tristeza al escuchar voces de adultos que invitan a no unirse a las clases virtuales, cuando en realidad, la situación en cuestión, pasa por otro lado.
Es por eso que, así como en la presencialidad, cuando surgen diferencias en el aula, acompañamos a los alumnos en el dialogo entre las partes, en forma y lugar que corresponde para solucionar los problemas, apelamos a reconsiderar los medios y las formas de reclamar, para actuar como adultos responsables, sin involucrar en el camino a nuestros estudiantes para poder seguir juntos, apostando por su educación y su integridad. Y estamos seguros que habrá mucho por mejorar en este aprendizaje…lo que no dudamos ¡es en ponerle el ALMA!”.